Amigos de una taza de te

La flor del camino

¡Qué pura, Platero, y qué bella esta flor del camino! Pasan a su lado todos los tropeles —los toros, las cabras, los potros, los hombres—, y ella, tan tierna y tan débil, sigue enhiesta, malva y fina, en su vallado solo, sin contaminarse de impureza alguna.
Cada día, cuando, al empezar la cuesta, tomamos el atajo, tú la has visto en su puesto verde. Ya tiene a su lado un pajarillo, que se levanta —¿por qué?— al acercarnos; o está llena, cual una breve copa, del agua clara de una nube de verano; ya consiente el robo de una abeja o el voluble adorno de una mariposa.
Esta flor vivirá pocos días, Platero, aunque su recuerdo podrá ser eterno. Será su vivir como un día de tu primavera, como una primavera de mi vida... ¿Qué le diera yo al otoño, Platero, a cambio de esta flor divina, para que ella fuese, diariamente, el ejemplo sencillo y sin término de la nuestra?

Juan-Ramón Jiménez
Platero y yo

8 comentarios:

  1. Que libraco no?
    Por favor vista mi blog y al costado derecho en "El rincón de las Sorpresas", al final, tienes un regalo esperándote. Un Abrazo fuerte

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  2. Bonito fragmento!

    Saludos desde mi papelera.

    http://durmiendoenunapapelera.blogspot.com/

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  3. La belleza y la vida efímera!!!
    "...cual una breve copa del agua clara de una nube de verano..."
    Qué imagen !!!
    Hermoso!!!

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  4. Pues nada, gracias por visitar mi blog, me tomaré el "té" con vosotros, hay uno muy rico "el té de las mil flores" que me encanta.

    besitos para todos los teteros y teteras.

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  5. ¡Anda que no somos nadie los Jiménez! je, je.
    Bss

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  6. Sabes, me inunda de buenos pensamientos, de fuerza, de ilusión, esperanza. Ganas de vivir... Que bonito!!!. Enhorabuena.

    Un saludo. Por cierto, me encanta el te. ;-D

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  7. Juan Ramón Jiménez es una bendición de la literatura. Es todo pureza y sentimiento.

    Me ha gustado compartir esta tacita de té.

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  8. Encantada de estar por aquí y encontrarme con esta tazita tan dulce, ¡cuantos años sin saber de este Platero! este principio que te dejo, quedó en mi mente para siempre, gracias por recordarmelo. Por cierto hace una semana estuve tomando un te chino que era una delicia ( por su preparación, por los recipientes y por la compañia) todo un lujo.
    Un abrazo desde Granada.

    Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro...
    Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar; los higos morados, con su cristalina gotita de miel...
    Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro como de piedra. ....

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