Amigos de una taza de te

Cómo se cata un té


Estos son algunos de los parámetros que se han de tener en cuenta para catar correctamente:

El agua es muy importante. Ha de ser pura, de calidad y de baja mineralización (por eso es mejor recurrir a agua embotellada). No reutilizar el agua que ya se ha calentado, sino usar sólo agua recién calentada, lo que asegura su equilibrio de oxígeno.

El tipo de té: blanco, verde, oolong, rojo o negro.
Graduación de las hojas (tipo de hoja usada para la elaboración del té).

Tiempo de infusión: debemos seguir a rajatabla los periodos que se indican, de lo contrario las cualidades del té pueden verse afectadas.

Color: es un rasgo muy importante, ya que gracias a él descubrimos datos como la variedad, el origen, la fermentación, la graduación de las hojas y el tiempo de infusión. Las dos cualidades esenciales que tenemos que observar son la saturación del color (claro-oscuro) y su limpieza (claro-turbio).

Olor y sabor: también fundamentales en la cata. Un té tratado desprende un aroma más terroso, mineral, con toques de frutos secos. Un té sin fermentar es más vivo, fresco, vegetal. Respecto al sabor, podemos apuntar todo tipo de características, entre ellas la astringencia o sabor tanínico (no amargante).

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