Los expertos sostienen que el tanino que contiene el te ayuda a prevenir las caries dentales y mencionan entre sus beneficios sus propiedades antibacteriales, antivirales, digestiva y su poder curativo contra las diarreas. Otros estudios brindan algunas evidencias sobre sus efectos calmantes (principalmente, en el llamado té chino)
A pesar de todos estos beneficios, el consumo excesivo de té puede ocasionar efectos dañinos para la salud debido a su contenido de cafeína (aunque en menores cantidades en comparación con el café), y esos excesos también podrían conducir a una constipación intestinal.
¿Cómo se puede aprovechar los beneficios sin perjudicar nuestra salud?
Parece que el secreto se encuentra en la moderación, ya que tanto el té como el café, ingeridos en exceso, privan al cuerpo de muchos minerales importantes, entre los que se detacan el hierro y el calcio.
Precisamente, por esta razón se recomienda añadir leche o limón al té. Estas mezclas refuerzan el valor nutritivo de ambas bebidas pues, por ejemplo: el ácido ascórbico (o vitamina C) del limón, hace que los minerales sean más solubles y más fáciles de absorber.
Asimismo, la leche hace al té más rico en calcio. Sin embargo, debe hacerse una advertencia: el calcio de la leche mezclada con el té no es tan soluble como cuando se combina con el café.
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